Entrevistamos a Alexia Luiña López, responsable del proyecto ganador del Sello CCB 2023 de Bibliotecas Públicas de más de 10000 habitantes
El proyecto BiblioFest Joven, de la Biblioteca Central de Cantabria / Biblioteca Pública del Estado en Santander, ha sido galardonado con el ‘Sello CCB 2023’, en la categoría de Bibliotecas públicas de poblaciones de más de 10.000 habitantes. Esta es una propuesta dirigida a estudiantes de entre 14 y 18 años de los centros educativos de la región, con la que se pretende acercar a los jóvenes a la biblioteca, mostrándoles de una forma lúdica aquellos servicios de su interés que puedan desconocer.
BiblioFest Joven se desarrolla en la biblioteca durante tres jornadas consecutivas en el mes de septiembre. En cada jornada matinal reciben la visita de un centro educativo con unos cien alumnos aproximadamente, que se dividen en grupos y van rotando por distintas actividades que les dan a conocer las posibilidades que ofrecen los distintos servicios bibliotecarios. Por las tardes se realizan encuentros y mesas redondas dirigidas a un público joven, pero abiertas al resto de la ciudadanía.
El objetivo principal de esta iniciativa es implicar a los jóvenes en el uso de la biblioteca y de sus servicios desde un punto de vista amable, divertido e interesante para ellos. También se trata de fortalecer las relaciones entre la biblioteca y los centros educativos, consiguiendo sinergias que ayuden a mejorar las competencias mediáticas e informacionales de los alumnos. Se pretende además utilizar la biblioteca como plataforma para promocionar a los jóvenes autores locales.
Hoy hablamos con Alexia Luiña López, directora de la biblioteca y responsable de este proyecto que está consiguiendo abordar exitosamente uno de los mayores retos de las bibliotecas públicas: atraer al público juvenil.
¿Cuándo y cómo surge la idea de BiblioFest joven?
La idea surge como respuesta ante las dificultades que nos encontramos para ofrecer actividades del gusto del público juvenil, para atraerlos a la biblioteca y para hacerles sentir que es algo más que un lugar con mesas y sillas para estudiar, que es el principal uso que esta franja de edad hace de la biblioteca.
A pesar de incluir periódicamente en nuestra programación actividades dirigidas al público joven, el resultado en cuanto a participación no nos parecía del todo satisfactorio. Aun siendo actividades de su interés, siempre resulta muy difícil que vengan a la biblioteca a nivel individual un día y una hora concreta, ya que a esas edades tienen horarios y rutinas muy estructuradas.
Llegar al público juvenil es uno de los grandes retos de las bibliotecas públicas. ¿Cómo han respondido los jóvenes cántabros a esta iniciativa?
La verdad es que jugamos con la ventaja de que al BiblioFest vienen dentro de su horario lectivo, así que participar no es en principio una decisión suya. Sin embargo, una vez aquí vemos que, aunque vienen con unas perspectivas muy bajas, pronto se muestran sorprendidos y cambia su actitud. En todas las actividades se les ve receptivos y participativos.
Por otro lado, está la respuesta post-BiblioFest, que es la que realmente más nos ha sorprendido: el aumento de los préstamos físicos y en eBiblio de esta franja de edad en las semanas posteriores al BiblioFest, así como conseguir formar grupo para un club de lectura juvenil.
¿Se están cumpliendo vuestras expectativas con los objetivos que os habíais marcado?
Sí, sin duda no nos esperábamos esa retroalimentación tan positiva con los jóvenes, ya que a esas edades les cuesta mucho exteriorizar las emociones positivas, la ilusión, la gratitud o la sorpresa.
Por otro lado, constatamos que hay mucho interés en los centros educativos por participar en el BiblioFest, aunque lamentablemente no podemos atender toda la demanda generada.
Dentro de las actividades que desarrolla el proyecto. ¿De cuál o cuáles estáis especialmente orgullosos? ¿Alguna anécdota que reseñar?
Nos sentimos orgullosos del conjunto del proyecto, pero quizás las actividades que más nos gustan son aquellas en las que conocen servicios de la biblioteca que ni se imaginaban que existían, como puede ser eBiblio.
A mí personalmente me encanta escuchar los comentarios que hacen entre ellos, que son muy sinceros, como “pues esto no está tan mal” o “esto está guay”. También fue muy gratificante ver que algunos aprovechaban los descansos para buscar libros, encontrar un sitio tranquilo dentro de la biblioteca y leer ¡por su propia voluntad!.
Otra anécdota que nos llamó la atención fue que, en la última actividad, a un grupo no le dio tiempo a acabar y pidieron permiso para quedarse a terminarla y volver a casa en el autobús urbano.
De cara al futuro, ¿pensáis ampliar e incorporar nuevas actividades al desarrollo del proyecto?
Sí, precisamente estos días estamos programando el BiblioFest 2024 y queremos darle una vuelta a la estructura y a las actividades. A pesar de que cada año los participantes son distintos, es importante introducir cambios que mejoren la propuesta, en función de los errores detectados en las ediciones anteriores y que nos permitan afrontar nuevos retos. Ahora mismo estamos dándole vueltas a cómo podemos incorporar a más jóvenes al proyecto, a intentar ofrecer algo más que nos permita traspasar los límites de la presencia física. También intentamos innovar por nosotros mismos, para renovar nuestra ilusión y evitar que caigamos caer en la rutina; al fin y al cabo, el motor de todo esto somos el personal bibliotecario, es fundamental nuestra automotivación.
A partir de la experiencia de BiblioFest Joven, ¿qué consejo le darías a otras bibliotecas de poblaciones medianas y grandes para atraer al público juvenil?
Me resulta difícil dar consejos sobre un tema tan complejo. Yo creo que primero tenemos que liberarnos, los propios bibliotecarios y bibliotecarias, de nuestros prejuicios con los jóvenes, intentar acercarnos a su mundo, a sus gustos y a su lenguaje. Tenemos que renunciar a la comodidad de programar solo actividades que tienen el éxito asegurado, como las destinadas al público infantil. Somos personal bibliotecario para todos los públicos.
De la experiencia de las pasadas ediciones del BiblioFest, creo que la clave está en el formato. El contenido les va a gustar siempre que se les presente en un formato que les agrade. La clave puede estar en la participación, en que todos estén haciendo algo en todo momento, que su rol no sea meramente pasivo. Les encanta el juego, competir y en general la creación audiovisual.
Otra cuestión a tener en cuenta es la importancia que le dan al grupo. Es difícil su participación a nivel individual, así que hay que atraer al conjunto del grupo.
¿A qué Objetivos de Desarrollo Sostenible consideráis que contribuye el proyecto?
Principalmente a procurar una educación de calidad (Objetivo 4), entendiendo por educación no solo la reglada. Las bibliotecas públicas tenemos un papel fundamental en la educación no reglada y en el aprendizaje a lo largo de la vida.
También en la reducción de las desigualdades (Objetivo 10) ya que los jóvenes vienen con sus centros educativos y esto elimina las posibles barreras para visitar una biblioteca que puedan existir de origen. Es una excelente oportunidad para los que por su situación familiar, económica o sociocultural tengan más difícil el que alguien de su entorno promueva su acceso a la lectura y su visita a cualquier biblioteca.
Por último, contribuye a la creación de alianzas para lograr estos objetivos (Objetivo 17). El BiblioFest necesita de la colaboración de los centros educativos, que son los que tienen la voluntad de participar, de organizar la salida del centro, y de comprometerse con el proyecto.
¿Qué significa recibir el Distinción Sello CCB para vosotros?
En primer lugar, supone un empuje de motivación para todos los que participamos en la organización. Como decía antes, para continuar con un proyecto así, a mayores de nuestras responsabilidades y tareas habituales, es necesario tener ilusión y mantenerla en el tiempo para no caer en la rutina.
En segundo lugar, aporta visibilidad al proyecto y a la propia biblioteca. Esa visibilidad es una ayuda para que los responsables de las administraciones de las que dependemos les den a las bibliotecas el reconocimiento y los recursos necesarios para seguir trabajando. Nos hace visibles también en el conjunto de la ciudadanía, que es algo que siempre perseguimos desde las bibliotecas para “vendernos” ante nuestros usuarios potenciales.
Eso a nivel general. En el caso concreto de este proyecto supone un apoyo desde el ámbito profesional a un concepto de los servicios bibliotecarios que no todas las personas usuarias y los compañeros/as de profesión entienden. Aunque parezcan cuestiones superadas, todavía cuesta romper con la idea de la biblioteca silenciosa apta exclusivamente para el estudio y para el préstamo de libros.
Desde el Consejo de Cooperación Bibliotecaria (CCB) expresamos nuestro sincero agradecimiento por su participación y felicitamos al ganador del Sello CCB 2023 en esta categoría. Asimismo, animamos a todas las bibliotecas a sumarse a futuras convocatorias y compartir sus proyectos e iniciativas.
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