Entrevistamos a Antonio Díaz Grau para conocer el proyecto «Participar es salud: ¡nos acompañamos!», ganador del sello CCB2021 en la modalidad Biblioteca pública: más de 10.000 habitantes

Entrevistamos a Antonio Díaz Grau para conocer el proyecto «Participar es salud: ¡nos acompañamos!», ganador del sello CCB2021 en la modalidad Biblioteca pública: más de 10.000 habitantes

La Biblioteca pública de San Javier (Murcia) ha recibido la distinción del Sello CCB 2021 correspondiente a la categoría de Bibliotecas Públicas: Modalidad más de 10 000 habitantes por su proyecto Participar es salud: ¡nos acompañamos! Hemos hablado con Antonio Díaz Grau, para conocer más a fondo este proyecto.

Nos gustaría que nos presentarais vuestra biblioteca, querríamos saber sobre vuestra historia, sobre el público al que atendéis, los servicios que les proporcionáis, las actividades que desarrolláis, qué proyectos más destacados tenéis, etc.

La biblioteca pública de San Javier nació, como otras muchas, a principios de los años setenta, de la iniciativa personal de algún miembro de la corporación municipal de entonces, impulsada por la regulaciones legales que la dotaban de fondos y presupuesto y contando con la adscripción para su dirección de una persona no profesional, (no había esa figura), pero muy voluntariosa, Pilar Antolinos Pardo, quien desde el principio implicó a la comunidad en su devenir y que se fue formando técnicamente para la gestión eficiente de fondos. Durante los ochenta se abrieron “centros de lectura” en todas las pedanías del municipio y en los noventa se fue contratando personal profesional, los centros de lectura se convirtieron en bibliotecas, entró la informatización y ya en el dos mil, partiendo de una buena base, se fue abriendo la biblioteca a la comunidad estableciendo cauces y soltando riendas para que su dirección pasara a las manos de a quienes va dirigido su trabajo, maximizando el objetivo de pertinencia, cocina quien se lo come.

Damos números: San Javier es un municipio cuya principal actividad es el turismo seguido de la agricultura, con 33.645 habitantes, (censo de 2.021), con 7 colegios, 1 universidad del deporte, 1 conservatorio profesional de música, 2 institutos, 1 escuela oficial de idiomas, 4 centros para personas mayores, 2 polideportivos y una red de asociaciones y clubes considerable; todo ello distribuido geográficamente en 74,2 km², con una densidad de población de 428 habitantes por kilómetro cuadrado y un total de 10 pedanías alejadas más o menos del centro administrativo. A esta realidad demográfica, social y económica servimos ofreciendo servicios afectados por la misma. Contamos con tres edificios de biblioteca y cinco bibliotecarios para conseguir los objetivos, pero nuestra fuerza es la sombra de los edificios y del personal, que cubre todo el municipio.

Los servicios que desarrollamos, además de los prototipicos, están muy relacionados con funcionar como ágora de la comunidad para generar capital social, destacando “Ven a la biblioteca y cuéntalo”, en el que servimos de altavoz de vecinos y colectivos con algo que decir, “Viajeros”, en el que los sanjaviereños cuentan sus viajes en público, o servicios relacionados con el empoderamiento comunitario.

Los proyectos en los que estamos ahora más involucrados tienen que ver con la salud mental, y los trabajamos en conjunto con la Comisión de Salud Mental y Cultura de la Comarca del Mar Menor y el Banco del Conocimiento de San Javier, con quienes en Otoño de 2022 lanzaremos un laboratorio ciudadano para prevenir el suicidio y la autolisis en adolescentes.

Centrándonos en la Distinción del Sello CCB ¿cómo conocisteis la convocatoria del Sello CCB? En caso de que lo conocierais con anterioridad, ¿os habéis presentado en anteriores convocatorias?

La distinción del Sello CCB la conocemos desde sus inicios porque somos bibliotecarios y estamos al tanto de los recursos y ofertas de y para la profesión. Nos hemos presentado dos veces a la convocatoria del sello.

Podríais presentarnos, brevemente, en qué consiste el proyecto que ha resultado distinguido con el Sello CCB 2021: cuándo surge, con qué objetivos, qué acciones se han llevado a cabo, con qué resultados, etc.

El proyecto surge a principios de 2021 como respuesta a un problema del que se habla en una reunión con José Tortosa, sicólogo de la Concejalía de Derechos Sociales, que es la soledad no deseada de las personas mayores, aumentado exponencialmente durante y tras el confinamiento por la COVID , y propio en general de países desarrollados, pensemos que en Japón hay hasta un Ministerio que se encarga de esto. La metodología empleada a través de un laboratorio ciudadano fue impulsada por el mismo sicólogo, -un laboratorio ciudadano es espacio que da una oportunidad a la ciudadanía para que proponga actividades y acciones en beneficio de la comunidad -, y nosotras, las bibliotecas de San Javier, que conocíamos el funcionamiento de esta forma de hacer las cosas, lideramos el proyecto aliándonos con Derechos Sociales y abriendo la convocatoria de propuestas a la comunidad, que respondió a través de asociaciones, profesionales y ciudadanos, elaborándose, ejecutándose y evaluándose cinco proyectos de intervención sobre el problema. Para ahondar más en este proyecto se puede acceder la vídeo de la sesión final en este enlace.

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La contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 es un factor esencial en el proyecto. ¿Podéis señalar los elementos más destacados sobre el impacto del proyecto en materia de Agenda 2030?

El impacto de este proyecto apunta a los siguientes ODS: 3. Salud y bienestar , 10. Reducción de las desigualdades , 16. Paz, justicia e instituciones sólidas , 17. Alianzas para lograr los objetivos.

¿Cómo se plantea la cooperación con otros sectores o entidades y hasta qué punto es destacable en el proyecto?

Bueno, como se entiende, al tratarse de un laboratorio ciudadano esta cooperación es el ADN del proyecto, estas personas y entidades son los que proponen y la biblioteca junto con otros servicios   del ayuntamiento coordinan, dotan de recursos económicos y humanos, gestionan y evalúan. La gestión y la evaluación es conjunta con cada agente que propone cada acción. Quienes realizaron este laboratorio ciudadano son: Esperanza Meseguer, profesora de infantil, que presentó el proyecto “Abrazos de chocolate”; Paqui Pardo, conserje del Ayuntamiento, que presentó el proyecto “Red de puntos de encuentro de personas mayores”, que actualmente sigue activo y con su codirección; la asociación AFAL, que presentó el proyecto “Recetas para que no me olvides”; un colectivo de ciudadanos dentro del Banco del Tiempo de San Javier, que presentó el proyecto “Humanos en la red”; y Juana Irles, profesora de peluquería del IES Mar Menor, que presentó el proyecto “Belleza ciudadana” .

¿De qué forma vuestro proyecto contribuye a la atención a la diversidad y a la igualdad de género?

En todo el recorrido, la aportación a la igualdad de género y la atención a la diversidad si bien no es específica, está implícita tanto en el procedimiento de la gestión del laboratorio ciudadano, como en la generación de capital social. Hemos de apuntar no obstante, que mantuvimos una línea consciente de no usar un lenguaje sexista y hemos unido a una comunidad diversa, como lo son todas, en la persecución de un objetivo que les afecta sin excepción, generar acciones para paliar la soledad no deseada de las personas mayores.

Nos gustaría saber cómo recibisteis y qué sentisteis al recibir la noticia de ser ganadores del Sello.

Bueno, pues una alegría inmensa, sobre todo porque se trata de un reconocimiento no solo a la biblioteca de San Javier en este caso, sino a la comunidad en general y en especial a estos cinco equipos ciudadanos que lideraron el laboratorio.

¿En qué aspectos, desde que recibisteis la distinción, os ha repercutido ser ganadores del Sello CCB? ¿Habéis percibido mejoras en visibilidad, reputación, etc?

Todas las recompensas sirven para apuntalar acciones y dar eco, y desde luego también para subir el ego, en este caso profesional. El sello nos dice que vamos por el buen camino y nos refuerza como entidad a la hora de emprender acciones. A la hora de impulsar el siguiente laboratorio ciudadano previsto para otoño de 2022, vamos arropados por el reconocimiento del sello y esperamos que los individuos y agentes empoderados que intervengan suban en número gracias a ello.

¿Qué le diríais a aquellas bibliotecas que están indecisas a la hora de presentar sus proyectos para la próxima convocatoria del Sello CCB?

Que lo hagan, que lo hagan porque contribuyen a crear un mapa de acciones que copiar y reproducir y les obliga a repensar lo que hacen y proponer nuevas acciones. Estos retos suponen una evaluación e impulsa nuestra actividad como bibliotecas y eso siempre es bueno.

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