Entrevistamos a Geaxi Ezpeleta Gallastegi con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural
El pasado 15 de octubre celebramos el Día Internacional de la Mujer Rural, una jornada conmemorativa para poner en valor el trabajo de las mujeres por mantener vivas las zonas rurales. Desde el Consejo de Cooperación Bibliotecaria quisimos sumarnos a esta iniciativa dando voz a unas profesionales que se esfuerzan cada día por acercar la cultura y el conocimiento a sus comunidades: las bibliotecarias.
Viajamos hasta la Biblioteca Pública Municipal de Elgeta, en Gipuzkoa. Al frente se encuentra Geaxi Ezpeleta Gallastegi. La biblioteca sirve a los 1.000 vecinos de la localidad que, aunque pequeña, es muy activa, y han encontrado en su biblioteca pública un lugar de encuentro e intercambio de experiencias.
Hoy hablamos con ella para que nos cuente cuáles son sus mayores desafíos -y alegrías- como bibliotecaria de una zona rural.
¡Comencemos!
- ¿Podrías hablarnos sobre las características particulares de la comunidad en la que trabajas y cómo influyen en tu labor como bibliotecaria?
Elgeta es una pequeña localidad guipuzcoana fronteriza con Vizcaya. Su localización estratégica ha marcado tanto su estrecha relación con el alpinismo vasco, como la historia y vivencias del municipio, resaltando la participación en las batallas vividas, con especial mención a la guerra civil.
Cuenta con alrededor de 1100 vecinos, y aunque no sea un municipio grande, es un pueblo con vida y actividad.
La enseñanza primaria se imparte en la escuela local, pero después, los estudios siguen fuera, y la mayoría de los habitantes trabajan también en otras localidades. Por ello, es importante crear espacios de encuentro e interacción, y fomentar el sentimiento de comunidad.
La biblioteca local se crea y recrea en relación con la comunidad a la que debe darle servicio, y en nuestro caso, la cercanía es la clave para ello. Trabajamos para el pueblo y con el pueblo, en estrecha relación con las personas y las diversas organizaciones locales.
- ¿Cómo afecta el bilingüismo al trabajo con los fondos y las actividades de la biblioteca?
Cada biblioteca, en particular, se tiene que adecuar a la realidad y necesidades de su propia comunidad y tiene que determinar sus objetivos y servicios teniendo en cuenta las diferentes características de la misma, siempre dando respuesta a las necesidades del público. Dichas características abarcan una larga lista de rasgos generales y específicas a atender; el bilingüismo, en nuestro caso, es una de ellas. En nuestra comunidad la mayoría vivimos en euskera y la biblioteca es reflejo de ello.
Como en el resto de la actividad bibliotecaria, la comunidad y el público potencial son el punto de partida de la política de adquisición de fondos, también en lo referente al idioma.
Además, el euskera es pilar fundamental de nuestra historia, patrimonio cultural y eje fundamental de la transmisión del conocimiento, de las tradiciones, de los cuentos y las leyendas. Por ello, la biblioteca se implica en la preservación y el fomento del euskera de manera activa.
- El papel de las bibliotecas en el desarrollo de las comunidades rurales es fundamental. ¿Qué opinas sobre el impacto que tienen las bibliotecas en el progreso de tu comunidad en particular?
Los objetivos y los servicios de las bibliotecas han ido transformándose, relacionados estrechamente con el concepto y función del momento, adaptándose a la realidad a la que tenían que servir, partiendo de las necesidades y realidades de cada época.
La biblioteca de Elgeta cuenta con más de 40 años de existencia. Nació en el año 1975, desde y para el pueblo, de la mano de un grupo de voluntarios para dar respuesta a las necesidades locales. En 1987, con la inauguración de la casa de cultura municipal, se trasladó a su actual ubicación. Desde entonces todo ha cambiado mucho.
A partir del 2012 se ha llevado a cabo un proceso de modernización y actualización del servicio bibliotecario local partiendo de la filosofía englobada en el lema “Cerca de ti” que hace referencia a la comunidad local y sitúa a las personas en el centro del servicio.
Nuestra misión es fomentar el valor de la lectura, la formación continua, el intercambio de conocimiento y la creatividad, proporcionando a toda la sociedad acceso libre a la cultura, la educación y la información, a través de una variada carta de servicios y dinámicas orientadas al público local, siendo una entidad de referencia para la comunidad.
Y, hoy por hoy, la biblioteca local es un centro cultural y de aprendizaje activo e interactivo, un punto de referencia para la comunidad. Ofrece vías de desarrollo de subjetos críticos a través de la generación e intercambio del conocimiento siendo un lugar de encuentro cultural, educacional e informacional de calidad, activo, interactivo y accesible e inclusivo para toda la comunidad. Algunos ejemplos de ello son el grupo motor que se creó a finales del curso pasado ligado a la educación digital, Astrotopaketak (Encuentros sobre astronomía) o la actividad Ipuinen ordua (La hora del cuento). En ellos, personas voluntarias e interesadas en los temas mencionados comparten conocimientos y/o habilidades con el resto participantes mediante espacios creados para ello y/o mediante la organización de diferentes actividades.
- Sabemos que te enfrentas a muchos desafíos como bibliotecaria en una zona rural. ¿Podrías compartir con nosotros cuáles son los retos más significativos que has experimentado en tu trabajo?
En los últimos años, con el impacto de la sociedad de la información, las bibliotecas se han topado con un escenario totalmente nuevo en el que desenvolverse, teniendo que hacer frente a realidades que hace no tanto eran inimaginables.
El reto más significativo para mí ha sido la transformación del servicio bibliotecario; realizar los cambios necesarios para crear un espacio que dé respuesta a las necesidades de la sociedad y la realidad actual, tan cambiante y veloz.
El cambio era imprescindible, pero no ha sido un proceso rápido ni sencillo.
De todas maneras, lo más difícil es seguir trabajando bajo esa filosofía día tras día. La adaptación de los servicios bibliotecarios a la realidad que los rodea, ha de ser progresiva y continua, se debe analizar el pasado para construir el presente y evolucionar con el futuro constantemente. Aun así, la planificación estratégica formal y documentada es una utopía en gran parte de las bibliotecas públicas. La carencia de recursos, herramientas prácticas y de formación son factores imprescindibles por solventar.
También me gustaría mencionar que, trabajar en una biblioteca unipersonal, siendo la única responsable de la biblioteca, dificulta muchos aspectos, ya que todo recae en ti. No hay trabajo de equipo ni debates constructivos. Es algo que si echo de menos.
- ¿Hacéis algún tipo de actividad enfocada al fomento de la lectura entre los vecinos, como clubes de lectura?
El fomento de la lectura se trabaja directa y transversalmente en toda la dinámica de la biblioteca.
Por un lado, podemos mencionar, que se han ofrecido diferentes clubes de lectura para diferentes segmentos de la población; por ejemplo, en este momento tenemos un grupo en euskera que comparte lectura y se reúnen semanalmente para ir comentando, relacionando e imaginando sobre lo leído hasta el momento. También organizamos sesiones de cuentacuentos para diferentes públicos.
Por otro lado, cabe destacar por ser una actividad muy bien valorada, la dinámica Ipuinen ordua (La hora del cuento) que cumplirá en enero diez años en funcionamiento. Es un espacio muy participativo, donde diferentes personas voluntarias del pueblo cuentan y el público joven (de entre 2 y 12 años) pueden disfrutar de la oralidad y los cuentos en euskera. Además, realizamos algunas sesiones donde añadimos actividades creativas y sorteos de cuentos. Cabe destacar que partiendo de la base de que, a las niñas y a los niños, además de escuchar, también les gusta que se les escuche, nació, la actividad Gu ere kontalari, donde un par de veces por curso, las jovencitas y los jovencitos de nuestra localidad cuentan cuentos, chistes e historias en la biblioteca. Con relación a estas actividades, se organizan cursos y talleres, sobre selección de cuentos, oralidad, recursos para contar cuentos, etc. tanto para público infantil como adulto.
Pero, como indicaba, el fomento de la lectura está presente de manera transversal y continua en la dinámica de la biblioteca, mediante listas de recomendaciones, puntos de interés, dinámicas de recomendación de libros, visitas guiadas, sorteos, etc.
- Las mujeres desempeñan roles diversos pero cruciales en las comunidades rurales. ¿Cómo se brinda apoyo específico desde la biblioteca para empoderar a las mujeres en tu área?
En este aspecto también apostamos por la transversalidad, el enfoque feminista es transcendental en nuestra biblioteca. La igualdad y el empoderamiento de los sectores más desfavorecidos está presente en todo lo que hacemos. La biblioteca ofrece recursos y «espacios» para la formación de personas críticas y empoderadas.
Podemos mencionar, concretando, diversas iniciativas como ejemplo de promoción del empoderamiento de las mujeres: club de lectura feminista, creación de un punto de interés «morado» permanente, cuentacuentos anual del 8 de marzo para público adulto; charlas y talleres sobre sexualidad, etc. Además, mantenemos relación constante con las diferentes personas, grupos locales y comisiones del ayuntamiento relacionados con este tema, para compartir información, fomentar apuestas conjuntas y coordinar las iniciativas.
¿Podrías compartir una experiencia o anécdota sobre cómo la biblioteca ha beneficiado de manera significativa a las mujeres en tu comunidad rural?
Hace unos años se creó la dinámica «Bibliobero» (Bibliocaliente), entre otros con el objetivo de superar los tabús relacionados con la sexualidad, sobre todo con la sexualidad femenina. Durante un mes, más o menos, la iniciativa englobaba diferentes actividades como el punto de interés formado con el fondo relacionado con la literatura erótica y libros sobre sexualidad, una sesión nocturna de cuentacuentos eróticos para mayores de 16 años, y charlas y talleres, sobre temas como los anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual, pornografía, sexualidad en la madurez, etc.
Resaltaría el impacto que ha tenido el tema de la ciclicidad y la menstruación. Es un tema que ha marcado a muchas mujeres, y del que se ha habla poco y, sobre todo, desde una perspectiva negativa. Así que, se intentó fomentar un cambio de perspectiva, desde una óptica feminista y natural, sin tabúes. Se organizaron varias charlas para diferentes públicos potenciales, y se consiguió implantar en colaboración con la asociación de familias, y el respaldo de la escuela, un taller anual sobre el tema en el centro escolar, para los estudiantes, niñas y niños, de quinto curso, y obligatorio también para el profesorado. El autoconocimiento alcanzado por las participantes y el impulsado en las niñas y niños y su entorno, rompiendo tabúes y ofreciendo nuevas ópticas para relacionarse con el tema esta sido un cambio gratificante.
- La colaboración y las asociaciones son clave para lograr un cambio sostenible. ¿Cuál consideras que es el papel tanto de la biblioteca como de otras instituciones locales en la promoción de la igualdad de género en las zonas rurales?
Debemos ser agentes activos, y por supuesto, dar ejemplo en nuestros espacios y en nuestra actividad.
Creo que trabajar en equipo y con transversalidad es la clave para lograr cambios. Crear lazos de colaboración, trabajar coordinadamente y compartir objetivos e iniciativas nos hace más eficientes.
Además, las bibliotecas tenemos que trabajar para la comunidad, pero, desde y con la comunidad, y eso solo es posible si nos basamos en la comunicación y colaboración con las personas, grupos, asociaciones e instituciones locales. Esta cercanía entre activos potenciales brinda a la biblioteca la oportunidad de ser mediadora e impulsar, coordinar y/o fomentar grupos de comunicación, debate y/o trabajo. Es una oportunidad que debemos trabajar.
- Hemos oído hablar del Compromiso de Urueña que se compromete la misión y del desarrollo de la biblioteca rural en la España actual. ¿Podrías darnos tu opinión al respecto y cómo crees que podría inspirar a otras comunidades?
La intencionalidad y el compromiso son claros, habrá que ver que ver como se traslada a la realidad… Es un primer paso esencial, pero solo con él no se recorre el camino. Espero que sirva de guía de viaje y que el recorrido haga alcanzar los destinos soñados.
Debemos tener en cuenta que el punto de partida, la realidad y en consecuencia las necesidades y prioridades son diferentes en cada comunidad, e incluso en cada zona. Por lo que, la clave deben ser la adaptabilidad y la flexibilidad. Tener un mapa del camino a recorrer es básico, pero adaptarnos con flexibilidad y ser capaces de trazar diferentes recorridos es vital.
En nuestra localidad, con población inferior a 1200 habitantes, no hay obligación legal de ofrecer servicio bibliotecario, pero, la administración local lo sustenta desde hace décadas. Lo mismo ocurre en muchas poblaciones semejantes de nuestro entorno. Y desde el servicio de bibliotecas de Euskadi, se coordina la red de bibliotecas, ofreciendo herramientas de trabajo importantes para el desarrollo de la actividad bibliotecaria. De todas maneras, aún hay muchísimos aspectos a mejorar y carencias a solventar.
- En el marco del Día Mundial de la Mujer Rural, ¿consideras que hay alguna reivindicación o mensaje que te gustaría compartir en tu papel como bibliotecaria?
Hay muchas profesiones invisibles, y la nuestra es una de ellas; la sociedad no es consciente del papel que tienen las bibliotecas, ni de la labor que se hace en y desde ellas.
Por ello creo que aún hoy en día sigue siendo necesario reconocer y visibilizar las bibliotecas y la labor bibliotecaria, y fomentarlas y apoyarlas desde las administraciones y el ámbito político.
- Para finalizar, ¿qué mensaje o consejo te gustaría transmitir a las mujeres en zonas rurales que puedan estar enfrentando desafíos similares a los tuyos?
Conciencia y perseverancia. Implicación y motivación. La sociedad necesita a las bibliotecas, aunque sea menos consciente de ello que nunca. Nuestras comunidades necesitan espacios de encuentro, comunicación y debate; espacios para la transmisión de conocimiento, tradiciones, cuentos… espacios libres de prisas, presiones y notificaciones…
Si no se ha hecho antes, es hora de la transformación y modernización del servicio bibliotecario, hora de determinar hacia dónde caminamos y cómo. Reflexionar, analizar, valorar y planificar, con flexibilidad para poder adaptarse.
Para la comunidad, con la comunidad y desde la comunidad. Citando a R. David Lankes: «Las malas bibliotecas crean colecciones, las buenas bibliotecas crean servicios, las grandes bibliotecas crean comunidades». ¡A por ello!
Desde el CCB, queremos expresar nuestro agradecimiento por el entusiasmo y el gran trabajo de estas bibliotecarias. Las animamos y apoyamos en su continuo esfuerzo por llevar a cabo la importante labor que realizan.
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