Entrevistamos a Isabel Bordes Cabrera, responsable del proyecto ganador del Sello CCB 2023 de Bibliotecas Especializadas
La Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), en colaboración con la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca, ha desarrollado ‘Hablando en data’, que ha resultado como proyecto ganador del Sello CCB 2023 en la categoría de Bibliotecas Especializadas. Se trata de un proyecto de visualización de datos cuyo objetivo es analizar la presencia de la mujer en su catálogo bibliográfico. Mujeres artistas, escritoras, autoras, comisarias o críticas de arte son las protagonistas de este proyecto.
Una iniciativa puntera en la que la colaboración multidisciplinar entre distintas áreas, niveles y organizaciones ha sido fundamental para recopilar toda la información sobre estas creadoras, conectarla y volcarla en una misma plataforma.
Según sus propios responsables, no solo es un proyecto de conexión y enriquecimiento de datos, es también un ejercicio de transparencia y evaluación, que aporta conocimiento sobre el estado actual de la creación femenina.
Así nos lo ha explicado en una entrevista Isabel Bordes Cabrera, Jefa del Departamento de Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Reina Sofía.
¿Cómo surgió la idea del proyecto “Hablando en data”?
Surgió, en primer lugar, gracias a la inversión extra que ha supuesto los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea. Sin esa inversión, muchos de los proyectos que la Biblioteca del Museo Reina Sofía ha emprendido en los últimos dos años habrían sido impensables. Una vez fuimos conscientes de esta posibilidad, quisimos pensar en cómo aprovechar la ingente cantidad de datos que manejamos los bibliotecarios en nuestro día a día y las posibilidades de gestión y visualización que nos ofrecen las tecnologías a nuestro alcance. Para eso fue fundamental que un colega de la profesión (Luis Uribe, director de la Biblioteca de la Fundación Juan March y científico de datos) nos pusiera en contacto con un equipo de investigación pionero de la Universidad de Salamanca liderado por Modesto Escobar.
Cuando nos pusimos manos a la obra, entre todas las posibilidades, sin duda, pensamos que el proyecto que produjéramos (que iba a poder tener un alcance limitado) debía traducirse en algo que socialmente tuviera un impacto positivo y visible, qué mejor que lo hiciera en el frente de la igualdad de género. Siempre se cuestiona a los museos sobre cuántas artistas exponen en sus salas o cuántas están presentes en sus colecciones. De repente, nos dimos cuenta de que esa pregunta nunca se la hacían a la Biblioteca y ¿por qué no plantearnos nosotros mismos ese reto y tratar de responder a la pregunta…Se trataba de un ejercicio de transparencia al que sí o sí debíamos acercarnos.
¿Qué papel ha desempeñado la colaboración en el proyecto?
Ha sido crucial pues se ha aprovechado el know-how de varios perfiles multidisciplinares (informáticos, sociólogos, estadísticos, bibliotecarios) y pertenecientes a dos instituciones que multiplican día a día los frentes de cooperación (un museo, entre cuyos fines se encuentra la investigación, y la universidad, en cuyo ADN está la formación de investigadores). Esta cooperación demuestra que la investigación universitaria puede tener una aplicación directa en el mundo profesional y que, además, como en este caso, impacte positivamente en la sociedad, transformándose en puro empoderamiento de la mujer.
¿Por qué las creadoras artistas, comisarias, escritoras… siguen estando poco visibles en los catálogos de las bibliotecas de museos, y también en los propios museos?
Por una cuestión obvia y es que en nuestra catalogación el dato de género no es un dato que volquemos en nuestros registros. De hecho, sólo cruzando nuestros datos con “Wikidata” se pudo rescatar no sólo el género femenino, masculino, sino categorías más complejas y ricas (género no binario, fluido, transgénero…).
¿Qué medidas habéis llevado a cabo con las “ausencias” detectadas en el Catálogo?
Fundamentalmente a través de dos tipos de medidas, pues las ausencias detectadas no sólo son de nuestro catálogo, sino también en Wikipedia donde hay una enorme brecha de género (en editoras y en la forma y contenido de sus artículos). Por un lado, las ausencias detectadas en nuestro catálogo han hecho que nuestra política de desarrollo de la colección bibliográfica sea un instrumento adaptable y que utilice esas lagunas como guía de adquisición, siempre que nuestro presupuesto nos lo permita y complementando otras líneas prioritarias. Por otro lado, las ausencias en Wikipedia/Wikidata nos han ayudado a diseñar las Editatonas de mujeres creadoras, que hemos organizado en la biblioteca junto a Wikimedia y la wikipedista residente del museo. Estas actividades nos han permitido proponer la redacción de “artículos de novo” o la traducción de artículos en otras lenguas para que una determinada autora también esté representada en Wikipedia en español.
Cómo proyecto de visualización de datos, ¿cree que podrían surgir nuevas ideas e iniciativas a partir de toda la información contenida en “Hablando en data”?
Desde luego nos encantaría que así fuera porque todo proyecto es mejorable y las mejores ideas suelen surgir desde fuera, con equipos que presenten nuevas perspectivas. Tanto es así que el conjunto de datos se publicó como dataset en datos.gob.es, para promover esa reutilización y esa creación de nuevas ideas…Ojalá las veamos en un futuro no muy lejano.
¿Por qué consideran que es importante la colaboración interbibliotecaria?
En todo contexto profesional lo es. Ningún profesional, ninguna institución debe auto-concebirse como isla, sino saberse que hay todo un contexto de profesionales con los que las posibilidades colaboración son infinitas, los límites y posibilidades nos los ponemos nosotros (a veces, ni siquiera nuestros escasos presupuestos).
¿Qué supone la Distinción Sello CCB para su biblioteca?
Por un lado, visibilidad y valoración de nuestro trabajo, sobre todo dentro de nuestras propias instituciones. Esto es especialmente importante para bibliotecas que se encuentran imbricadas en instituciones más grandes en los que la biblioteca es concebida como “una pieza más” y, a veces, según los fines y funciones de la institución no es la pieza más emblemática y precise, de manera indirecta, justificar aún más sus necesidades de personal y presupuesto.
Y, por otro lado, como incentivo y motivación para nuestros equipos. En el sector público, especialmente en la Administración Central, es dificilísimo (sino imposible) contar con herramientas para premiar a un personal apasionado, pero poco reconocido y, a veces, el trabajo bien hecho suele ser la única recompensa. Aunque no debiéramos buscar nada más allá de la satisfacción de ver que cumplimos con nuestra vocación de servicio, el reconocimiento siempre ayuda a sentirnos valorados y promover un buen ambiente de trabajo. Y, cualquier profesional, cuando se siente valorado, lo busque o no, recibe un empujón de energía que sólo puede traducirse en una retroalimentación positiva.
Desde el Consejo de Cooperación Bibliotecaria (CCB) damos la enhorabuena al ganador del Sello CCB 2023 en esta categoría y animamos a que otras bibliotecas participen en otras convocatorias.
Deja un comentario
Estamos a tu disposición a través del perfil social del CCB en Twitter, al que puedes dirigirte desde el siguiente botón.