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Sesiones de debate en Laboratorios bibliotecarios en confinamiento

Sesiones de debate en Laboratorios bibliotecarios en confinamiento

Actualización 19/06/2020

El proyecto Laboratorios Bibliotecarios que forma parte de una de las Medidas enmarcadas de la LÍNEA 1. USUARIAS, USUARIOS, AUDIENCIAS Y PÚBLICOS del III Plan Estratégico 2019-2023 del CCB, se ha planteado como una herramienta que el Ministerio de Cultura y Deporte que se pone a disposición de los profesionales de las bibliotecas para poder reflexionar, debatir y compartir recursos en torno a la participación ciudadana en las bibliotecas.

Como parte del cumplimiento de uno de sus objetivos, que es el de crear y moderar un foro de discusión, y como forma de dar respuesta a la situación excepcional que estamos viviendo, este proyecto, ha desarrollado unas nuevas sesiones de trabajo, denominadas Laboratorios Bibliotecarios en confinamiento. Estas sesiones se distribuirán en diferentes espacios de debate, retransmitidos a través de YouTube, en los que se invita a reflexionar sobre el impacto de la pandemia en las bibliotecas o sobre cómo estas dan respuesta a los futuros retos que se generen.

De hecho, la primera sesión se llamó Las bibliotecas durante y tras el confinamiento, tuvo lugar el 12 de mayo, y actualmente está disponible desde aquí. Esta sesión recogió la presentación de El Anti-Informe de Javier Pérez Iglesias, activista bibliotecario y director de la biblioteca de Bellas Artes de la Complutense, en el que se incluía información sobre las medidas tomadas por las bibliotecas en respuesta a la crisis. Posteriormente, y teniendo como base este Anti-informe, se llevó a cabo un debate en el que participaron el propio Javier, Laia Sánchez, de Citilab, Matt Finch, consultor para instituciones culturales en dirección estratégica, extensión comunitaria y desarrollo de colecciones y eventos, y Alicia Sellés, Presidenta de FESABID. Durante el mismo analizaron la situación y expusieron sus ideas sobre el impacto de la crisis en las bibliotecas del futuro.

Entre sus ideas más relevantes, se pueden destacar en cuanto a la valoración de la reacción de las bibliotecas ante esta crisis, que en conjunto se reconoce el gran esfuerzo que han hecho todas las bibliotecas, de cualquier tipología para dar acceso a sus servicios y llegar a sus usuarios.

Se ha visto la importancia de poner en valor la labor de las bibliotecas en situaciones como ésta y de resaltar que son una pieza fundamental en la conformación de la esfera pública. No obstante actualmente se echa de menos contar con mecanismos para medir y demostrar ese valor de las bibliotecas.

Las bibliotecas son parte del ecosistema de innovación ciudadana y con la enorme red que conforman tienen una gran capacidad para participar en la construcción de soluciones ante los desafíos a los que nos enfrentamos. En ese sentido el proyecto de Laboratorios Bibliotecarios contribuyen a generar conocimiento y proponer proyectos colectivos.

Ante el escenario actual de recorte de recursos, las bibliotecas deben trabajar más que nunca en crear alianzas con otros agentes, en diferentes esferas.

Se insiste en que las bibliotecas deben trabajar en lograr el acceso significativo a la información y tratar de reducir las brechas tanto digitales como sociales que la situación de crisis actual pone aún más de manifiesto.

Parece que cada vez más en el futuro se podrán dar situaciones como ésta y ello implica estar atentos para una respuesta desde las bibliotecas con capacidad suficiente para adaptarse y para la innovación constante.

Las conclusiones fundamentales extraídas de las cuestiones planteadas durante el debate se pueden consultar en la Transcripción del debate.

La segunda sesión bajo el título Bibliotecas: una respuesta ambiciosa a los retos de la crisis, tuvo lugar el día 19 de mayo a las 18:00, y que se puede visualizar desde aquí. En esta ocasión se centró en los retos a los que se enfrenta la sociedad a lo largo de esta crisis y en qué se puede hacer desde las bibliotecas, como institución de proximidad, para enfrentar dichos retos y qué alianzas se pueden establecer para reducir las brechas que existen en nuestra sociedad. En la sesión participaron: Concha Vilariño (Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid), Leticia de Antonio de la Vega (Coordinación de actividades en la red de bibliotecas públicas del Ayuntamiento de Madrid. Implementación de la Agenda 2030), Ángel Portolés (Gestor cultural y coordinador del programa de Acompañamiento Técnico del PEU de la Universitat Jaume I) y Marcos García (Medialab Prado).

Las principales ideas que se pueden extraer de esta sesión están recogidas en la Transcripción del debate. Pero cabe destacar algunas de las más significativas como que:

Las bibliotecas pueden apoyar en diferentes aspectos de la reconstrucción social en colaboración con otros sectores públicos y también privados y con el ámbito educativo y empresarial. Destaca su labor en la identificación de la información veraz, en la alfabetización digital, y como apoyo a la educación, para la realización de tareas escolares así como en la reinserción laboral. Además de que dentro de la función social que tienen también pueden servir como salida a una soledad no deseada, a través de sus actividades de colaboración.

Las bibliotecas son uno de los espacios donde se puede dar una respuesta ágil a las necesidades y carencias de los ciudadanos, en cuanto a los recursos que puede ofrecer, especialmente en el ámbito educativo.

Entre los retos planteados, se destaca la capacidad de las bibliotecas para incorporar a las personas en el desarrollo de propuestas. Como lugares de encuentro seguros y como espacios para compartir. Las bibliotecas deben permitir incorporar a las personas para el desarrollo de proyectos desde el inicio, tanto con otras instituciones y colectivos, de modo que la sociedad en general sienta la biblioteca como suya.

Es por esto, que durante este tiempo de confinamiento se ha reforzado la idea de que para el desarrollo de diferentes proyectos y actividades hay que sumar fuerzas, tejer alianzas, entre las propias bibliotecas y con otras instituciones y colectivos, para dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía y para fortalecerlos como espacios de convivencia. Todo ello dando lugar a un nuevo marco, un nuevo paradigma con presencia y actividad virtual y presencial.

La tercera sesión, celebrada el jueves 4 de junio, bajo Presencialidad y virtualidad en bibliotecas post-coronavirus, que se puede visualizar desde aquí, se planteó para tratar la cuestión de la adaptación rápida de las bibliotecas al cierre de los edificios que las albergan, lo que ha llevado a una virtualización de sus servicios y a la necesidad de reforzar su oferta de servicios digitales.

En ella participaron Nicole López (promotora proyecto La biblioteca: un laboratorio para construir ciudad (Bogotá)), Daniel Goldin (Jardín Lac), Anna Bröll (Directora de Innovación y Comunicación de Biblioteques de Barcelona) e Ignasi Bonet (Arquitecto de la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona).

El debate comenzó con una reflexión ¿Virtual o presencial, es ese el dilema? Las bibliotecas y el COVID-19 de Daniel Goldin, sobre la correlación existente entre biblioteca y conversación, ya las bibliotecas son espacios que invitan a participar en la conversación y, a la vez, son espacios que habilitan para ello. Además de la que las bibliotecas se identifican y son identificadas como espacios hospitalarios, espacios de refugio, para cualquier ciudadano. Este texto permitió reflexionar sobre la conversación y el lenguaje no verbal que conlleva, difícil de reflejar a través de la virtualidad, o sobre las otras bibliotecas que puede haber, la del desorden, del juego, del debate o la de leer en voz alta; de modo que esa idea de conversación está intrínsecamente relacionada con la de escucha. Así, leer se puede entender como un acto de escucha, que lleva a la conversación con uno mismo, a la reflexión, o, incluso, a las conversaciones con otros. Además de que, las bibliotecas, sabiendo quienes son sus usuarios, tienen el deber de la hospitalidad, que comienza por la escucha, permitiendo que cada persona tenga su propio espacio para escucharse a sí mismo o el propio silencio.

Tras las primeras reflexiones, se planteó la cuestión de si la virtualidad puede conseguir esos vínculos con los usuarios. Se señaló que la virtualidad es una buena oportunidad para dar un paso hacia delante, que supone un cambio para la organización y las personas, pero que debido a las actuales circunstancias se ha producido más rápidamente de lo esperado; aunque hay que ser conscientes de que presencialidad y virtualidad son dos caras de una misma moneda y que son complementarias. Pero, en todo caso, hay que mantener la misma calidad de oferta en ambos servicios, tanto presenciales como virtuales, adaptándose a las circunstancia de cada uno de ellos. De todos modos, no hay que olvidar que la virtualidad ofrece también una forma de diálogo, de conversación constante, complementaria a la presencialidad, que puede ser tanto sincrónica como asincrónica; por lo que para diseñar cualquier actividad de la biblioteca se tiene que tener en cuenta esa doble vertiente, teniendo en cuenta que se sabe mucho sobre diseñar espacios y trabajar en servicios presenciales pero somos novatos en servicios virtuales. La cuestión es abrir más espacios de la biblioteca que conecten, ya que a las bibliotecas las hacen las personas y las pueden hacer desde la presencialidad y desde la virtualidad. Hay que buscar una nueva manera de reencontrarse.

Finalmente también se analiza cómo afectará esta nueva situación los espacios de la biblioteca y si se deben adaptar los espacios de las bibliotecas a la virtualidad. Esta cuestión se valoró desde 2 perspectivas: la de crear puentes entre ambos espacios, el presencial y el virtual, entendiendo la integración tecnológica en un sentido amplio; y la de la sociedad que está vinculada a cada biblioteca, ya que eso también afecta a los recursos disponibles. Ambas circunstancias hace que dentro de las bibliotecas haya que volver a renegociar espacios, distancias y relaciones y las causas y circunstancias en las que se van a proporcionar esos espacios virtuales y presenciales. Pero siempre sin perder de vista el carácter público de la biblioteca, que en muchas ocasiones se ha echado en falta durante este periodo de estado de clausura colectiva.

La cuarta y última sesión, celebrada el 16 de junio, con el título Biblioteca e innovación ciudadana para hacer comunidad, que podéis ver desde aquí se planteó para intercambiar ideas, a partir de la experiencia de confinamiento vivida, sobre la forma en la que podrán plantearse en el futuro las relaciones y la colaboración entre bibliotecas y laboratorios para potenciar las iniciativas ciudadanas.

En esta sesión participaron Alasne Martin, responsable de Mediateka Azkuna Zentroa Alhóndiga Bilbao, Ibai Zabaleta, Hirikilabs, Arantza Mariskal, Ubik y Laura Peredo, espacio Odisea (México).

Se parte de la reflexión de que si hay algo que se pueda considerar positivo de este confinamiento es que se ha comprobado la capacidad para constituir redes de colaboración y para la apertura a conectarse con otros lugares, con una facilidad impensable en otros momentos.

En esta situación se han adelantado o acelerado procesos de cambios y transformaciones en los espacios y en las forma de colaborar que habrían llevado otro ritmo sin esta crisis. Se considera que es ahora cuando existe la oportunidad para analizar la calidad de las relaciones entre bibliotecas y los laboratorios que pueden ser esos lugares que faciliten la colaboración y creación colectiva.

Es el momento de los intercambios de conocimientos, de forma que las bibliotecas sean grandes conectores que ofrezcan la posibilidad de conectar comunidades de diferentes tipos, de colectivos distintos para dar lugar a la experimentación, a la actividad de Laboratorios.

Se aprecia que trabajar con laboratorios da posibilidades a las bibliotecas de conocer y utilizar otras vías para aplicar metodologías de trabajo y para potenciar la creación de comunidades dentro de las bibliotecas. Al ser instituciones recientes los laboratorios son medios que ayudan a entender las bibliotecas de otra manera.

A lo largo del diálogo se destaca el valor de la convivencia de biblioteca y laboratorio y la oportunidad de lograr una confluencia entre las dinámicas de actividad de los laboratorios y de los servicios tradicionales de las bibliotecas.

A partir de esta pandemia y de la crisis económica que acarrea habrá que buscar fórmulas y ver cómo se adaptarán los servicios tradicionales y los nuevos proyectos. Las bibliotecas han sido y siguen siendo un espacio social y comunitario y, en cierto modo, los laboratorios ciudadanos también siguen esa lógica, ya que son espacios que suelen ser la primera línea de apertura de los centros culturales. Es donde se atiende a más tipos de personas diferentes y con necesidades y con más tipos de conocimiento, acogiendo desde las personas que vienen a aprender hasta el conocimiento más experto. Así que, como espacios sociales es importante ver cómo puede afectarnos, ya que vamos a empezar a trabajar con una mayor distancia social y con unas mayores medidas sanitarias restrictivas de acceso a materiales; lo que crea un reto en cuanto a lo social y lo comunitario.

Lo que lleva a la cuestión de cómo se puede establecer la confluencia entre el libro y los trabajos tradicionales de las bibliotecas y el realizado en los laboratorios. Se podrán crear espacios híbridos, donde la biblioteca puede acompañar en los procesos que se realizan en los laboratorios, con sus profesionales de la documentación y con nuevas colecciones. Es indispensable contar con la labor de las bibliotecas como fuente de información veraz y de documentación para apoyar cualquier proceso que desarrollen los laboratorios.

Por tanto, la confluencia estratégica de biblioteca y laboratorio no solo serviría para trabajar en el proceso, si no que a la vez se podría convertir en una herramienta para generar conocimiento, que es la base en la que coinciden ambos tipos de proyectos.

La profunda brecha digital que se ha visto patente en estos meses supone un reto en el que las bibliotecas y los laboratorios tienen que trabajar en su reducción de forma creativa. De este modo, se trabaja en la inclusividad de estos espacios. En estos meses se han desarrollado algunas iniciativas, en las que la biblioteca funciona como antena WiFi, para permitir la conectividad de sus usuarios, aunque también se puede plantear el trabajo en y desde la comunidad para buscar soluciones para un problema y desde los laboratorios y las bibliotecas tratar de contribuir a dar una respuesta.

De hecho, en las iniciativas desarrolladas durante esta crisis hemos visto cómo ha habido una iniciativa ciudadana muy potente, generando formas de acción innovadoras y poniéndose en marcha. También se ha generado un espacio en el ámbito de la universidad o de la academia que aporta a ese movimiento.

Por tanto debemos contribuir a esas colaboraciones, generar confluencias entre las instituciones, empresas, academia y ciudadanía para mejorar, para llegar más allá.

Esta experiencia nos ha demostrado que tenemos que ser flexibles para poder dar una mejor respuesta a las necesidades, por lo que se hace patente la necesidad de trabajar de forma colaborativa y con mentalidad de laboratorio para poder dar una mejor respuesta.

Para terminar, se puede añadir que estas conversaciones han sido un espacio de encuentros en los que se ha intentado reflexionar en torno al impacto de la crisis del COVID-19 en bibliotecas y para que ver qué aprendizajes podemos extraer, para continuar aprendiendo y reflexionando sobre el trabajo y las actividades que se realizan en las bibliotecas.

Con visión a futuro, desde Laboratorios Bibliotecarios se está trabajando en que este año el prototipado de proyectos, se haga desde distintas bibliotecas o instituciones culturales, con las herramientas que se les proporcionen, para lograr un mayor impacto de estos talleres. La capacitación para las instituciones que lo organicen será a través de un curso online y gratuito, con el título «Cómo montar un laboratorio ciudadano y construir redes de colaboración». Próximamente se proporcionará más información a través la web de Laboratorios Bibliotecarios.

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